miércoles, 4 de mayo de 2016

Sobrevivo

Hoy en día los medios de comunicación nos bombardean con las noticias más espeluznantes y acontecimientos que desgarran el alma.

El tema de los refugiados sirios o los yihadistas está siempre en boca de todos. Desde estudiantes hasta nuestros mayores hablan y discuten el por qué de todos estos sucesos e ingenian las mejores soluciones. Denuncian la crueldad de los yihadistas y se excusan en el hacho de que Europa siempre ha ayudado a los más necesitados. Pero parece ser que nadie va más allá, nadie es capaz de pensar qué es lo que lleva a miles de personas a morir por una causa que podría calificarse de muchas maneras,pero nunca noble. Todos parecen haber olvidado ya los conflictos civiles de los siglos pasados contra Asia o la trata de esclavos con todo no europeo. Parecen haber olvidado que sus antepasados hicieron lo mismo en su época. A veces me pregunto si eso que dicen de que la historia se estudia para no cometer errores del pasado les fue dicho alguna vez a estos "justicieros". 

En los tiempos que vivimos, la balanza se ha inclinado en nuestra contra, se han cambiado las tornas. Hoy nos escandalizamos de que se mate por cuestiones de religiosas o que se trate de imponer un culto, cuando esa ha sido la forma de propagación de las otras dos religiones monoteístas. Obviamente esa no es justificación alguna para asesinar por miles. La vida ha de estar por encima de todo eso. Pero viendo lo que sucede a nuestros alrededor, no somos capaces de ponerle fin, de reaccionar, de negociar incluso. Y ya no solo está el hecho de que no removamos cielo y tierra para pararlo, sino que lo repetimos a su manera. No dejamos entrar a inmigrantes, ni refugiados. Les cerramos las fronteras, los echamos fuera y dejamos que mueran de hambre, de frío, o de ambos; los abandonamos a su suerte. Nos damos la vuelta y nos convencemos de que antes de ayudarles hay que arreglar nuestro país. Puede que legalmente eso no esté considerado asesinato, pero si lo pensamos moralmente, dejaríamos de dormir por las noches. 

Pero nada, nada de lo que pasa hoy en día tiene justificación, ni siquiera merece compasión. Menos aún por aquellos que creen que en el siglo XXI se necesitan alambre y espinos a los que denominan "fronteras" para separarnos. No, nunca hemos estado más unidas y a la vez más separados. Porque aquí, lo único que importa es sobrevivir. Ya no hay límites, esa es la verdadera razón por la que dejamos de dormir por las noches.

Deborah Diego. 2ªA

No hay comentarios:

Publicar un comentario