Uno de cada cuatro europeos cae enfermo o fallece de
forma prematura como consecuencia de la contaminación ambiental.
Precisamente el tráfico es el principal culpable de
la contaminación en las ciudades, pero también hay otras fuentes, centradas en
algunos sectores industriales y en el tratamiento de los residuos. Los contaminantes
ambientales que más problemas de salud causan son las partículas en suspensión,
el dióxido de nitrógeno, el ozono troposférico y el dióxido de azufre.
Los países más contaminantes del planeta son: China,
Estados Unidos, Brasil, Indonesia, Japón.
La capital de china ha emitido su primera alerta roja de la historia por contaminación, la más grave de una escala de cuatro, según ha anunciado la agencia oficial Xinhua.
Pekin puso en marcha un nuevo programa para medir y reducir los niveles de contaminación a finales de mayo, que reemplazó a uno lanzado en 2013. El nuevo programa mantuvo los cuatro colores utilizados para indicar la gravedad de la contaminación, siendo el rojo el más grave y seguido por el naranja, el amarillo y el azul, pero varió los requisitos sobre cuándo emitir cada alerta.
El protocolo de Madrid contempla un total de cuatro fases que
se corresponden con el número de días consecutivos con niveles de alerta, por
las que se aplican gradualmente medidas que se van agudizando si el episodio
contaminante persiste. Utilizar el transporte público es la mejor
medida que pueden adoptar los conductores habituales durante los episodios de
alta contaminación.
Las autoridades de la capital chilena decidieron decretar una emergencia ambiental debido a la pésima calidad del aire.
Después de tres días seguidos de preemergencia, la
autoridad regional informó de que no
han bajado los niveles de contaminacion en la
ciudad y que las estaciones de monitoreo muestran que la mala calidad del aire
ha llegado a niveles críticos.
Se recomienda a escuelas e institutos que cierren durante los días de alerta, aunque no están obligados a ello. Algunas ciudades han conseguido mejorar la calidad del aire prohibiendo la calefacción de carbón en los edificios, apostando por las energías renovables y realizando un mayor control del transporte.
Los expertos están convencidos de que se puede luchar contra la contaminación y reducir, por lo tanto, la incidencia de cáncer y enfermedades.
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