El pasado viernes, 13 de noviembre, hubo un
atentado yihadista en París; fueron siete ataques en diferentes zonas de la
capital francesa. Causó 129 muertos, entre ellos un español, y muchos heridos. Hubo
siete kamikazes, a otro lo abatieron en la sala de conciertos Bataclan y,
posiblemente, dos más huyeron.
Todo empezó a las 21:20 horas; había mucha
gente paseando y sentada en las terrazas de los bares y restaurantes de los
distritos X y XI de París cuando aparecieron varios hombres armados con Kalashnikovs
y dispararon indiscriminadamente.
Otros dos terroristas entraron en Bataclan
matando a algunos espectadores al grito de “Alá es grande” y “Es por Siria” y mantuvieron
como rehenes a cientos de personas hasta que finalmente hicieron explotar unas
granadas causando 89 muertes.
Las selecciones de fútbol de Alemania y Francia
estaban jugando un partido amistoso en el estadio de Saint-Denis y durante el
encuentro se oyeron dos grandes explosiones causadas por varios kamikazes en el
exterior. Al finalizar el partido, los jugadores se enteraron de lo que estaba
sucediendo y los espectadores aterrorizados saltaron al césped para buscar
refugio.
El presidente francés Hollande ya ha tomado
medidas y al día siguiente, 14 de noviembre, fueron lanzadas veinte bombas
sobre la capital del islam (Raqqa).
Hoy el presidente Hollande ante las Cámaras
francesas ha comunicado que Francia se encuentra en guerra contra el Estado
Islámico.
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