lunes, 20 de febrero de 2017

El albergue de los miedos.


Era tarde. Se hacía de noche. Las nubes casi no se veían y el sol ya se había despedido. Todos los animales corrían para refugiarse de la fría noche que cada vez se hacía más presente. No quería abrir los ojos, simplemente porque no quería admitir que ella estaba allí, tan oscura y tenebrosa como siempre, era la que me había perseguido y asustado durante toda mi vida. No me podía creer que le estuviera haciendo frente. Antes, cuando aparecía, yo siempre podía refugiarme entre los brazos de mi madre, pero ahora no. Estaba solo, sin apoyos, sin nadie que me defendiera de mi peor enemiga... Pero pensé que tarde o temprano tendría que mirar a mi alrededor, así que me armé de valor y abrí los ojos. Justo en ese momento me desperté, todo había sido un sueño, o no.  ¿Y si esto que había ``soñado´´ era lo que necesitaba para darme cuenta de que el lugar donde se albergaban todos los miedos, son nuestras cabezas?
Nunca lo sabría, pero al menos, ya no le temía. Eso que me había aterrorizado en tan numerosas ocasiones, ya no lograba asustarme, la oscuridad ya no me podía hacer frente, yo le había plantado cara.


Jose Ángel Aliste Herrera.                       2º A  E.S.O

No hay comentarios:

Publicar un comentario