Joao Pereira de Souza es un albañil jubilado de
71 años que en 2011 encontró un pingüino manchado de petróleo entre unas rocas
al borde de la muerte y le salvó. Se lo llevó a su casa para limpiarle, curarle
y alimentarle. Lo llamó Dindim.
Dindim se quedó con él once meses y luego
emprendió su viaje de vuelta al Polo Sur. Pero esto no se quedó ahí, pasados
unos meses, Joao se lo encontró en la playa y se lo volvió a llevar a casa para
que se quedase con él y, cuando Dindim quisiera, que se volviera a ir.
Todos los años Dindim visita a Joao y se queda
con él ocho meses y después se marcha. Para Joao, Dindim es como un hijo, y si
Dindim hablara, diría que Joao es como un padre.
ALFONSO COCHO CUESTA.
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